jueves, 26 de septiembre de 2013

Fotos que me hubiese gustado hacer

Roy DeCarava. Window and stove, 1951

La fotografía que me ocupa en esta entrada me es evocadora hasta límites insospechados.Es como una puerta abierta a un mundo incorporado a mi memoria por un extraño mecanismo que obvia el hecho incontrovertible de que no lo he vivido. Al menos de forma consciente. Este sería un buen indicio para sospechar que realmente algo nuestro anda dando tumbos por el tiempo y el espacio. Algo que nos permite añorar lo que no hemos visto ni sentido.
En primer plano las cazuelas de los que no pueden permitirse tener las ventanas limpias. Más allá, en el exterior, un barrio pobre, quizá neoyorquino (se vislumbra uno de sus particulares depósitos de agua), quizá Harlem, donde el autor se hizo fotógrafo de lo cotidiano y del mundo del jazz. Todo ello configura una atmósfera que reconozco figura en mi memoria, pero que, insisto, no he vivido. Quizá sea la trampa de un sueño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario