lunes, 16 de marzo de 2015

LITERATURAS

  
  Era la hora en que quiere el deseo enternecer el pecho al navegante.

  DANTE. Divina Comedia




  ... media azumbre
  de vino peleón, doncel o albillo,
  tinto de Toro. Cuánto necesita
  mi juventud; mi corazón qué poco.

  CLAUDIO RODRIGUEZ. Conjuros





  ...había perdido la felicidad inquieta de sus días de cachorro, pero conservaba la felicidad de seguir ignorando que algún día iba a morir.

  JUAN CARLOS ONETTI Cuando ya no importe




  En toda aquella comarca no hay más que una palmera cuya  copa sobrepasa los muros del monasterio. Una soledad  infinita.....  

  LEOPOLDO LUGONES. La Estatua de Sal


 
  
  ...forjó visiones que llenaron de terror sus ojos, su corazón y su alma, pues el Pánico de la Selva, el Poder de la Indómita Lejanía, el Hechizo de la Desolación que aniquila...le había llamado con aquella voz lejana.

  ARGENON BLACKWOOD. El Wendigo