jueves, 23 de mayo de 2013

Fotos que me hubiese gustado hacer

Ernst Hass. Homecoming prisioners, 1947

Viena, 1947. La ciudad se vuelca para recibir a los prisioneros de guerra. Previsiblemente la calle es una fiesta. Pero el fotógrafo aísla una escena para captar dos actitudes, dos historias. La mirada del prisionero liberado es abstraida y suelta como el resto de los sentidos que no son necesarios para disfrutar de la felicidad de haber podido escapar del infierno. No atiende, por tanto, a esa figura frágil y tierna cuyos ojos de angustia buscan una respuesta sobre la suerte de ese familiar (un hijo, supongo) cuyo retrato enseña. El prisionero quiere y manifiesta alegría, la mujer muestra de manera involuntaria una extraordinaria y desesperanzada amargura. Desconozco si alguna crónica periodística de aquel acontecimiento pudo llegar a acercarse siquiera al relato que nos propone esta imagen.